Concepción, 24 de Noviembre 2022

Programa espacial Artemisa: ¿Qué es y por qué es tan importante para la especie humana?

  • El 16 de noviembre de 2022 marcó un renacimiento para la exploración espacial, ya que la misión Artemisa 1 despegó y con ella las esperanzas de ingenieros, científicos y expertos por volver a pisar la superficie lunar, pero esta vez para construir un futuro asentamiento en el satélite natural.

Hace casi 50 años el mundo contempló la última de las misiones Apolo destinadas a visitar el suelo lunar con astronautas, la misión Apolo 17. Después de varios lanzamientos donde 27 personas visitaron nuestro satélite (12 de ellos caminando en su superficie), en diciembre de 1972 sería la última vez que se hablaría de cómo astronautas visitaban la Luna.

Pero ahora una nueva generación de jóvenes, adultos y niños observan como la humanidad se pone nuevamente manos a la obra y con una maravilla de la ingeniería como lo es el Space Launch System (SLS) y la nave Orión. La exploración espacial vuelve a poner como meta el alunizaje, en este caso, de un equipo de astronautas que incluye a la primera mujer.

El programa Artemis (o Artemisa en castellano) surge como el sucesor del programa espacial Apolo, tal como en la mitología griega Artemisa se erige como la hermana gemela del dios Apolo. El primero de estos lanzamientos despegó del Centro Espacial Kennedy en Florida el 16 de noviembre de 2022 a las 01:47:44 hora del este.

Al momento de redactar esta nota la nave espacial Orión (la futura encargada de llevar a los astronautas hasta la órbita lunar), se encuentra camino a la Luna, en esta ocasión, sin tripulación mas que un peluche de Snoopy, otro de Shaun the Sheep, y tres maniquíes: el comandante Moonikin Campos y las gemelas alemanas Helga y Zohar.

Ahora los desafíos son otros y los objetivos mayores. ¿Cuáles serían algunos de estos objetivos? El académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción (UdeC) e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines CATA, Dr. Ricardo Demarco López, los explica.

Nuevo cohete para una nueva era

El Saturno V fue por mucho tiempo el cohete más poderoso que ha volado hasta la fecha. Al momento del lanzamiento era capaz de generar un empuje de 3400 toneladas y llevar hasta 140.000 kg de material fuera de la atmósfera a órbita baja alrededor de la Tierra.

Ahora el SLS, con sus más de cien metros de altura, dos propulsores de combustible sólido y 4 motores de combustible líquido, se ha vuelto aproximadamente un 18% más poderoso que su predecesor. Pero contrario a lo que se puede pensar, en esta ocasión el viaje de ida y vuelta a la Luna será más largo que hace medio siglo atrás.

“Resulta que en el programa Apolo la nave realizaba el viaje de la Tierra a la Luna en 3 días. En Artemisa el viaje se demora como una semana y eso es porque tecnológicamente, las misiones son distintas. La cápsula Apolo no era una cápsula con la tecnología que tiene la cápsula Orión para mantener gente con vida por períodos prolongados en condiciones relativamente cómodas y, por lo mismo, estaba diseñada para generar un mayor impulso y realizar viajes más cortos”.

La nave Orión puede albergar hasta 4 personas por un periodo de misión de 21 días según documentos oficiales. Más de 355 mil piezas componen la nave espacial encargada de llevar a los grupos de astronautas quienes no solo esperan llegar a la Luna y volver, sino que también pretenden forman una colonia permanente en suelo lunar.

En esta línea, además de la nave mencionada, tal como en el siglo pasado la Unión Soviética y los Estados Unidos lanzaron sus propias estaciones espaciales (por ejemplo, Salyut y Skylab, respectivamente), ahora se espera poner en órbita lunar la estación Gateway.

Compuesta por varios módulos de agencias como la NASA, ESA, JAXA, la Agencia Espacial Canadiense, y otras instituciones privadas, esta estructura será la encargada de recibir a los futuros exploradores espaciales en su viaje previo al alunizaje. Según la agencia gubernamental estadounidense: “Gateway será una plataforma crítica para el desarrollo de tecnologías y capacidad de soporte para la exploración de la Luna y Marte en los próximos años”.

¿Por qué volver 50 años después?

Esta es, probablemente, una de las preguntas más comunes respecto al programa espacial Artemisa. Las grandes sumas de dinero invertidas en la NASA y otras organizaciones relacionadas a la exploración del espacio son usualmente objeto de críticas bajo el alero de que esos recursos podrían ser destinados, por ejemplo, a combatir el cambio climático (aun cuando la NASA destina parte de su infraestructura y recursos a este propósito).

Según el académico de la UdeC, dentro de los aspectos destacables del programa Artemisa y que pueden dar luces de la importancia del mismo son: potenciar la exploración fuera del planeta y más allá de la Luna, explotación de recursos casi imposibles de encontrar en la Tierra y los avances tecnológicos nacidos del desarrollo del programa con impacto en las personas.

“Los seres humanos nos queremos proyectar como especie para salir nuevamente del planeta. Marte resulta ser el objetivo más realista más allá de la Luna, por ahora, ya que podría facilitar el establecimiento de una colonia, a diferencia de, por ejemplo, Venus, porque las condiciones de este último son totalmente desfavorables. Tampoco nos vamos a ir a Júpiter, o algunas de sus lunas porque están muy lejos para la tecnología existente”..

Por otro lado, en la Luna se encuentran ciertos recursos como el Helio-3, un isótopo que posee sólo dos protones y un neutrón, el cual se produce en el Sol y llega a la superficie lunar mediante los vientos solares.

¿Y por qué los científicos estarían tan emocionados por la explotación de dicho isótopo en la superficie lunar? Simple, con el Helio-3 se pueden llevar a cabo procesos de fusión nuclear, resultando una fuente de energía limpia, casi inagotable y con capacidad de abastecer las capacidades energéticas de nuestra civilización por cientos o miles de años.

“La Luna puede servirnos también como una base científica para hacer, por ejemplo, observaciones astronómicas que desde la Tierra serían complejas o imposibles de realizar”, añade el académico.

Tal como con las misiones Apolo las posibilidades de avance con Artemisa son infinitas, y la humanidad está viendo solamente la punta de un iceberg lleno de nuevos logros en materia de exploración espacial. Sólo el tiempo dirá si los esfuerzos de cientos de miles de personas tanto en las décadas pasadas como ahora nos llevarán a la Luna, Marte y más allá.

Franco López Flores
Comunicaciones Departamento de Astronomía
Universidad de Concepción


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